¿Tienes problemas para llevar a tu gato al veterinario? Llevar a un gato al veterinario no es fácil y puede generarle estrés. Por eso, en este artículo te contamos siete consejos para que esta situación sea más sencilla y agradable para todos y así puedas evitar tener que tomar medidas más drásticas.
Llevar a un perro al veterinario es relativamente sencillo: le pones la correa, sales a dar un paseo y casi sin darte cuenta te plantas ante su puerta. Si no han tenido malas experiencias o recuerdos dolorosos, incluso hay algunos que suben de un salto a la mesa de exploración, y esperan ansiosos el premio que les suelen dar al final. Bueno, quizá estamos pintando un retrato idílico, pero es algo que no suele plantear problemas en la mayoría de los casos. Pero los gatos son otra historia. Algunos asocian el salir de casa con ir al veterinario, con estar enfermos y en general, no les resulta agradable abandonar su territorio. Aunque hay casos extremos que exigen otro tipo de medidas, esto es algo que en la mayoría de los casos se puede solucionar siguiendo algunas pautas:
1. Acostumbrar al gato al transportín
Intenta que tu gato se acostumbre al transportín. Déjalo con la puerta abierta en un lugar que a tu gato le resulte agradable, y déjale que entre y salga por su propio pie, que explore su interior, que lo conozca. Después de unos días, puedes darle algún pequeño paseo por casa dentro de él. Así, cuando tengas que meterlo para llevarlo al veterinario no te será tan difícil.
2. Evitar el contacto con otros animales
Si le produce estrés el contacto con otros animales (sobre todo perros) en la sala del veterinario, busca uno que tenga salas de esperas o turnos diferenciados.
3. Reforzar el comportamiento positivo con premios
Intenta mantenerte calmado, transmitiendo confianza al animal con tus palabras, y no olvides llevar algún pequeño premio que refuerce su comportamiento positivo.
4. Utilizar calmantes en casos extremos
En casos extremos, considera la idea de utilizar spray calmante (más sencillo de administrar que una pastilla). Consulta este tema con el veterinario para que te recomiende un producto y la dosis adecuada para tu gato.
5. Anotar todos los síntomas del gato cuando está enfermo
Cuando el gato esté enfermo vete al veterinario «con los deberes hechos». Esto es: apunta todas las dudas que quieras preguntarle para que no se te olviden, lleva anotadas los síntomas anómalos que has notado y estudia su arenero para saber contestar correctamente cuando el veterinario te pregunte. (Artículo que te puede interesar: Mi gato está enfermo ¿Qué hago?)
6. Acudir al veterinario para revisiones periódicas, no solo cuando el gato está enfermo
Cuando el gato no esté enfermo es una buena idea visitar al veterinario para hacer revisiones periódicas. Por un lado, ayudas a tu gato a no asociar al veterinario con encontrarse mal, y por otro lado, estarás invirtiendo en su salud. Una buena salud preventiva y un diagnóstico precoz ahorra problemas, disgustos y costes derivados de enfermedades que se podían haber evitado.
7. Recoger al gato en el domicilio
Por último, hay algunos veterinarios que ofrecen el servicio de recogida de gatos a domicilio. Realmente no es la solución ideal ya que aporta un importante grado de estrés al animal, y les suelen administrar una inyección calmante, pero cuando el gato se resiste es la opción más sencilla para todos.