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¡Ya está aquí el otoño! 

Con la nueva estación, la temperatura comienza a descender y las horas de luz poco a poco se van reduciendo, modificando nuestras costumbres y limitando el tiempo que pasamos en el exterior.

¿Sabías que el cambio de estación también afecta al estado de ánimo de los perros y los gatos? El llamado «Trastorno Afectivo Estacional» (SAD, por sus siglas en inglés) -o depresión invernal- afecta a nuestros animales de compañía del mismo modo que a nosotros, tanto en su comportamiento como sus hábitos alimentarios.

Por eso es importante tener un buen inicio de estación y la mejor receta contra la apatía es una buena dosis de cariño combinada con ejercicio. ¡Los paseos siempre mejoran el estado de ánimo!

¿Cómo podemos saber si a nuestros peludos les afecta la llegada del otoño?

– Afecta más a los cachorros de menos de un año de vida y a los animales más mayores (de más de diez años) o que padezcan alguna enfermedad. En aquellos que padecen artrosis canina se agravan las molestias por el aumento de la humedad.

– Pueden mostrarse más apáticos y perezosos por el aumento de las horas de oscuridad o, al contrario, más ansiosos, irritables o desorientados.

– Precisan dormir más horas, especialmente los gatos. La reducción de horas de sol activa el componente animal de la hibernación para ahorrar energías.

– Reclaman más cariño y afecto, tanto con gimoteos como con una actitud destructiva.

– Su metabolismo demanda más alimento para generar una mayor cantidad de energía que mantenga su temperatura corporal.

– Perros y gatos necesitan mudar su pelaje y pasar del pelo fino del verano a uno más fuerte y grueso para protegerse del frío.

¿Qué podemos hacer para minimizar los efectos de la tristeza invernal?

– Colocar su cama debajo de una ventana o tragaluz donde pueda obtener la mayor cantidad de luz natural posible.

– Mantener la rutina diaria y continuar realizando paseos a pesar de la apatía del animal o de que las condiciones meteorológicas no sean óptimas, ya que es una necesidad para mejorar el estado de ánimo y mantenerle saludable.

– En el caso de los gatos, activarlos para evitar que duerman tanto tiempo.

– Los peludos precisan unos horarios estables para pasear, comer, jugar y dormir así que si se va a cambiar el horario debe ser progresivo, retrasando o adelantando la hora de la comida o del paseo poco a poco, unos quince minutos de cada vez, para que se vaya acostumbrando al nuevo horario casi sin darse cuenta.

– Revisar y controlar la ingesta de alimentos y su calidad para evitar que la reducción de las actividades al aire libre produzca un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de calorías y suponga unos kilos extra. La dieta debe ser sana, nutritiva y equilibrada.

– Proteger a los perros de la lluvia con un impermeable (si les gusta) o salir en cuanto escampe. Si se mojan, secarlos bien al llegar a casa, especialmente las pezuñas. La excesiva humedad también puede provocar una otitis, aparición de hongos, bacterias o alergias en la piel. En el paseo, evita los charcos, foco de enfermedades víricas y bacterianas.

– Un perro miedoso sufre más en esta época por el ruido que provocan las tormentas y el viento. Hay que acompañarle al lugar más tranquilo de la casa, sentarnos a su lado y permanecer con él para hacerle sentir que no hay motivo de alarma.

– Disminuir la frecuencia de los baños durante esta época y  secar bien a la mascota para que no enferme. También se pueden combinar los baños normales con otros secos pero no suprimirlos porque pueden surgir problemas en la piel.

– Evitar que el perro duerma a la intemperie, además de ponerle papel de periódico o una manta si tiene poco pelo para que no se enfríe. Acondicionar su caseta para la llegada del frío.

– Mantener una temperatura de confort, no excesivamente caliente para evitar los cambios bruscos.

– Cepillarles dos veces por semana para ayudarles a pasar el proceso de muda de pelaje a uno más tupido. Si tenemos la sensación de que pierde más pelo de lo habitual, podemos reforzar su alimentación con productos ricos en ácidos grasos Omega 3 como por ejemplo nuestra referencia Lenda Salmón.

– Aunque la primavera y el verano son las estaciones preferidas por parásitos como garrapatas o pulgas, los productos desparasitantes deben seguir empleándose todo el año porque los insectos pueden sobrevivir en los meses más fríos del año.

– Evitar cambios bruscos de temperatura porque con el cambio de estación llegan también los resfriados y los problemas respiratorios, que comienzan con un poco de tos, mucosidad y fiebre. 

Con todos estos consejos, ¡estamos seguros de que tus peludos se adaptarán sin problema al cambio de estación!

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