El lamido de patas es uno de los comportamientos más habituales entre perros y gatos. Es parte de su higiene y comportamiento normal, que los perros laman de vez en cuando sus patitas de forma tranquila y pausada. Suelen hacerlo más frecuentemente después del paseo y antes de dormir.
Sin embargo, si tu peludo lo hace de forma constante, lamiendo insistentemente o incluso llegando a morderse la zona de forma compulsiva, podría ser signo de un problema más grave.
Por eso, en el post de hoy, te explicamos algunas de las razones por las que tu peludo puede repetir este comportamiento para que estés atento/a y no pases por alto esta situación.
En primer lugar cabría diferenciar si este comportamiento es debido a un problema de conducta, psicológico o por el contrario se trata de algo médico.
Problemas médicos
Dolor o molestia
Una señal clara de que tu peludo siente dolor es cuando empieza a lamerse o a morderse compulsivamente las patas, sobre todo si solo lo hace con una. En este caso, puede ser que tenga alguna herida, algo clavado, haya sufrido la picadura de algún insecto o se haya rozado contra una planta irritante.
Es importante que revistes bien sus patitas sin olvidarte del espacio interdigital, es decir, entre las almohadillas.
Si en esta revisión no encontraras nada raro o no fueras capaz de solucionarlo en casa, es importante que acudas al veterinario para que lleve a cabo una exploración más profunda. Además, si este comportamiento se acompaña de cojera y no se encuentra nada externamente, puede tratarse de una cuestión interna como un problema en los huesos, músculos o ligamentos.
Alergias
En muchas ocasiones, este comportamiento es debido a una alergia. En este caso afectaría a las dos patas. El alérgeno, que puede ser desde un ingrediente de la comida a algo ambietal, produce por lo general mucho picor, inflamación y enrojecimiento.
Parásitos externos
Las garrapatas, y sobre todo las pulgas, que son más difíciles de detectar, son muchas veces las causantes del mordisqueo de las patas. Sobretodo en perros alérgicos a la picadura de pulga (DAPP- Dermatitis alérgica por picadura de pulga), en los que la más mínima presencia de una pulga, generará enorme comezón.
Problemas conductuales
Serían dos los factores principales; aburrimiento y estrés.
Muchos perros pasan gran parte de tiempo solos y en el interior de la casa, lo cual les genera gran aburrimiento, que puede dar lugar a ansiedad y estrés provocando el lamido y/o mordido de patas. Es importante dedicarles tiempo, dar largos paseos por lugares de su agrado y que socialicen con otros perros y personas. Dejarles un lugar cómodo cuando se quedan solos y tratar de enriquecerlo con mordedores, juguetes y snacks como el nervio trenzado o la gominola de ternera, para que se entretengan en nuestra ausencia.
Buscar la causa del lamido es fundamental, no sólo para solventar el problema de base si no también porque este proceso de humeder constantemente la piel puede dar lugar a lesiones e infecciones secundarias. Una vez ubicado y tratado el problema, a veces es necesario apoyar el tratamiento para conseguir su curación.
El collar isabelino, que aunque suele ser molesto para ellos, es un gran aliado en este tipo de problemática ya que evita que lleguen a lamerse las patas ayudando a que la zona se seque y se cure, o permitiendo que el tratamiento tópico haga efecto.
Además, añadir ácidos grasos en la dieta de tu peludo, ya sean incluídos en el alimento o suplementados en forma de aceites, son muy beneficiosos para recuperar y mantener una piel sana.
En este caso, te aconsejamos el uso de nuestros aceites de salmón, sardina o atún ya que son recomendados para el tratamiento de alergias y procesos agresivos para la piel al tener un efecto antiinflamatorio y ser beneficiosos para el cuidado y mejora del manto y de la piel.
Y recuerda, siempre que tengas alguna duda o no tengas claro qué es lo le puede pasar a tu peludo, ¡no lo dejes pasar y acude al veterinario!