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Imagínate pasar este verano con un abrigo de piel, y sin ayuda de bebidas refrigeradas, helados, y chapuzones en la playa o la piscina. ¡Da calor solo de pensarlo! ¿A qué si? Pues esa es la vida que va a tener tu gato los próximos meses, especialmente si no le ayudas a que pueda estar un poco más fresco. 

Y aunque veas que a tu gato le guste echarse una siesta al sol, un exceso de temperatura puede ser peligroso para su salud, por eso debes tomar unas mínimas precauciones para que no sufra un golpe de calor, especialmente si tu gato ya va cumpliendo años o tiene sobrepeso.

Por eso, hemos preparado una serie de trucos que ayudarán a tu gato a combatir el calor este verano.

Trucos para refrescar a tu gato

  1. Coloca agua fresca en diferentes cuencos diseminados por la casa, y no olvides cambiar el agua de forma frecuente, especialmente en días de excesivo calor, en los que puedes incluso echar algún hielo de vez en cuando. El gato es sabio y sabe cuando necesita hidratarse, pero también es cierto que algunos gatos tienen tendencia a beber muy poca agua.
  2. Cepilla su pelo a diario para eliminar el que le sobra, y si tiene el pelo largo y tendencia a enredarse, consulta al veterinario sobre la posibilidad de darle un buen corte. Esto no es algo que deba hacerse siempre y a todos los gatos, ya que el pelo puede ser precisamente un buen aislante contra el calor, pero sí que puede ser recomendable en algunos casos.
  3. Permítele el acceso a las zonas más frescas de la casa. El baño suele ser uno de los lugares preferidos por los gatos en verano, porque pueden beneficiarse del tacto fresco de la porcelana.
  4. Olvídate de juegos intensos… solo tienes que recordar las pocas ganas que tienes tú de hacer ejercicio cuando hace mucho calor.
  5. Si tienes jardín o terraza, recuerda colocar sombrillas o un toldo para que no se queme las almohadillas con el suelo ni la piel de la nariz con el sol, y que pueda beneficiarse del frescor de la hierba.
  6. Si le ves muy acalorado, puedes pasarle una toalla húmeda por el pelo del cuerpo y en las patas (una toalla de algodón que habrás remojado previamente en agua, no una de esas de bebé que contienen lociones y aromas que posiblemente no le gusten), y luego, dejar la toalla húmeda y fresca en un sitio accesible por si quiere mantenerse en contacto con ella.
  7. Coloca algún elemento refrigerante en su zona de descanso, por ejemplo un acumulador de frío bien protegido en un trapo o un calcetín o una botella de agua congelada envuelta en una toalla.

Y por supuesto, evita los lugares cerrados calientes y poco ventilados, como un coche o un garaje, incluso aunque le dejes con una ventanilla abierta. Recuerda que es una de las principales causas de muerte por golpe de calor.

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