Ya está aquí la época del año en la que empiezan a aparecer camadas de gatitos por todas partes.
Esto tiene una explicación muy lógica.
A diferencia de la perras que entran en celo normalmente un par de veces al año independientemente de la estación, las gatas son poliéstricas estacionales lo que implica que la aparición de su celo dependerá de la época del año. Esto significa que está regulado por el foto-periodo, es decir, las horas de luz y la temperatura.
La naturaleza es sabia y, normalmente, los animales están adaptados para reproducirse de modo que cuando las crías nazcan no mueran de hambre y frío, es decir, para que ocurra en primavera y verano con temperaturas agradables y alimento disponible. Así las gatas suelen empezar sus celos a partir de enero (con lo que los gatitos empiezan a nacer en marzo y abril).
¡Ojo! Hay gatas que, llegado enero, pueden entrar en celo incluso con 4 meses. Suele ser una sorpresa habitual en propietarios que estaban decididos a castrar pero no contaban con este celo anticipado.
También es importante tener en cuenta que las gatas que viven en casa con calefacción y luz artificial, pueden ver alterado su ciclo y entrar en celo en cualquier momento del año.
Esto es un problema y una duda frecuente de personas que se quejan de los incómodos y recurrentes celos de su gata, que ni bien parece acabar con uno y ya empieza con el siguiente. Es así, durante la época reproductiva, y si no quedan gestantes, tienen un celo (que normalmente dura entre 5 y 7 días pero puede llegar a 15) prácticamente seguido del anterior, con una pausa intermedia variable que suele estar entre 8 y 15 días pero que a veces no llega ni a apreciarse, dando la impresión de estar permanentemente en celo, con todas las molestias que esto conlleva.
La única solución efectiva es la castración.
Controlar médicamente con pastillas o inyecciones los celos de las gatas es muy trabajoso pues tendrían que estar medicadas durante mucho tiempo para inhibir el celo totalmente durante toda la época reproductiva lo cual, además, es muy perjudicial para su salud ya que son medicamentos hormonales bastante agresivos que, si bien pueden usarse de manera puntual, usados de manera frecuente suelen tener efectos secundarios, entre los más frecuentes, tumores de mama además de piómetra y obesidad.
La castración antes del primer celo, además de poner fin a los incómodos celos, reduce la probabilidad de tumores de mama hasta en un 95% y entre el primer celo y el segundo un 80%, además de evitar otras enfermedades como tumores ováricos o infecciones uterinas.
Si tienes alguna otra duda, ¡te recomendamos nuestro post «¿Cómo tranquilizar a una gata en celo?» en el que podrás conocer muchos más consejos para aliviar el ciclo de tu gata.
De todos modos siempre es importante comentar con su veterinario el caso particular, edad y mejor momento para hacerlo.