A muchas personas, una de las cosas que más les gusta de los gatos es ese espíritu de independencia y liberad, casi altanería a veces, que rezuman, y les encanta el hecho de que no sea tan dependiente como un perro, por ejemplo. Parece que un gato necesita menos atención y cuidados que un perro, pero hay que tener cuidado con esto, porque el hecho de que no lo demanden de forma tan insistente como los perros, no quiere decir que no los necesiten.
Por ejemplo, con el tema del juego. Ten en cuenta, que hace no tanto tiempo, los gatos tenían que ganarse su estatus cazando y liberando las casas o sus terreno de ratones y otras alimañas, y ahora están en nuestra casa, sin nada más que hacer que pasearse, comer, y ronronear un poco a nuestros pies.
Pero a nivel biológico, los gatos no han dado un salto evolutivo tal que puedan permitirse eliminar esa actividad, y en nuestras casas ya no hay ratones que cazar (o eso esperamos). Por eso el juego es tan importante, porque les ayuda a permanecer física y mentalmente ágiles.
En realidad, jugar con tu gato no debería ser tanto una obligación como un placer. Lo ideal es que lo disfrutéis los dos: tu gato y tú. Por eso, vamos a darte algunos consejos para que el momento del juego sea más gratificante para todos.
- Ten varios juguetes disponibles. Los gatos suelen ser fáciles de complacer, les sirve cualquier ratoncito de pega, una bolita que haga ruido, casi cualquier cosa. Intenta variar el juguete para que no pierda el interés.
- Haz que sea un juego realista. Si cuando atrapa su presa les das ligeros tirones para dotarlo de movimiento, tu gato estará mucho más interesado en atraparlo sin que se le escape.
- Guarda sus juguetes en un lugar no accesible. Si dejas los juguetes a su alcance, se aburrirá enseguida de ellos.
- El tiempo de juego varía de la edad y la actividad de tu gato, pero estaría bien tener un par de sesiones diarias de 10-15 minutos. Si sois varios miembros en la familia, es bueno organizarse para que cambien también los jugadores.
- ¡No olvides su tiempo de juego cuando tú no estás en casa! Rascadores, escaleras por las que trepar (por ejemplo, con baldas pegadas a la pared), o incluso una pecera (siempre que tenga una tapa a prueba de gatos, porque no quieres disgustos, ¿no?)
¡Esperamos que disfrutes manteniendo a tu gato activo y feliz!