Pasear con el perro bajo la lluvia puede ser un momento divertido y único para jugar con los charcos, o un auténtico engorro, más aún teniendo en cuenta que a muchos perros no les gusta salir cuando llueve, y no hablemos ya los días de tormenta.

Si vives en un lugar en el que apenas llueve, puedes intentar buscar el momento en el que está despejado para salir, pero si en tu zona llueve mucho, o llevas unos días de lluvias fuertes, no tienes más remedio que hacer de tripas corazón y lanzarte a la calle.

Eso sí, hay varios consejos que puedes seguir para que sea más llevadero para todos y para que el remojón no acabe en un resfriado para ninguno de los dos.

1. No canceles el paseo

Cuando vas a salir y está lloviendo a cántaros, la primera idea puede ser: «puf, está lloviendo, luego salimos» o un «venga, un pis rápido al lado de casa y nos volvemos». Pero estarías perdiendo la oportunidad de darte un buen paseo y de que tu mejor amigo disfrute de un tiempo de juego y ejercicio. Solo hay que tomar algunas precauciones y dar el primer paso.

2. Llevad las prendas adecuadas

Al igual que tú tienes un chubasquero, o un impermeable, si vives en una zona en la que llueve de forma frecuente, te conviene invertir en un impermeable para tu perro, aunque no sea muy cómodo para él las primeras veces que lo use. En el mercado puedes encontrar impermeables de diferentes tipos y tamaños, botas de lluvia para proteger sus almohadillas, gorros, y hasta paraguas especiales. Quizá no sea necesaria toda la gama, pero un impermeable es recomendable ya que va a ahorrarte mucho trabajo a la vuelta.

3. Opcional: id por sitios protegidos

Esto ya es para gustos, hay perros que están muy a gusto bajo la lluvia y disfrutan con los charcos, y hay otros que están atemorizados y deseando volver a casa. Si es su casa, busca zonas arboladas, soportales, y en general zonas resguardadas. Un paraguas de golf (más grandes que los corrientes) también te puede ayudar a guarecer a tu perro de la lluvia.

4. Un buen secado al llegar a casa

Si quieres evitarte disgustos cuando llegues a casa, te recomendamos que antes de salir dejes preparadas unas toallas viejas junto a la puerta, de forma que puedes darle el primer secado en cuanto entre, antes de que lo ponga todo perdido. No olvides poner una en el suelo para que pueda secar allí sus almohadillas, y prestar atención a sus orejas y ojos, especialmente si la lluvia va acompañada de viento. Si es necesario, utiliza un secador para secarlo por completo. Si ha estado jugando en el barro, quizá puedas evitar el baño si usas unas toallitas de bebé (o mejor aún, unas gasas humedecidas) para limpiar los restos de sus patas.

5. Compensa la falta de ejercicio

La mayoría de las veces, el paseo que hacemos en días de lluvia es notablemente más corto que los que hacemos cuando el tiempo es espléndido. Es un detalle sin importancia si se trata de un día, de dos, de tres… pero tras algunas semanas de otoño e invierno podemos encontrarnos con que nuestro perro ha ganado algo de peso por la falta de ejercicio. Por eso te recomendamos que compenses el ejercicio con juegos caseros que supongan un poco más de actividad, o que aproveches para dar una vueltita rápida cuando tengas tiempo.

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