El adiestramiento en positivo es aquel en el que se premian las cosas que deseamos que nuestro perro repita e ignoramos las que hace mal. Este tipo de adiestramiento busca generar una relación de amistad entre amo y perro en el que no exista el miedo. ¿Te apetece conocer más sobre este método de adiestramiento?
El adiestramiento en positivo no es algo nuevo. Nació sobre la base del condicionamiento operante, un concepto desarrollado por el psicólogo B.F. Skinner y se asienta en cuatro principios básicos.
1. Los seres vivos repiten comportamientos recompensados y evitan aquellos que no lo están
Recordar este simple concepto te ayudará a enseñar cualquier comportamiento que quieres que tu perro haga y a cambiar cada comportamiento que no quieres que repita. Es decir, que no tienes porqué castigar a tu perro, sino que basta con que no obtenga una recompensa.
Para que repita las acciones, la clave está en encontrar la forma en que tu perro repita el comportamiento deseado tantas veces como sea posible, con el objetivo de recompensarle cada vez y fijar el comportamiento. Cuántos más premios le des, más tenderá a repetir ese comportamiento.
2. Tu perro ya sabe con anterioridad todo aquello que vas a enseñarle
Tu perro ya sabe cómo sentarse o tumbarse. También sabe pasear a tu lado tranquilamente, volver a dónde estás cuando se entretiene olisqueando o esperar en un sitio por un periodo largo de tiempo. Eso sí, cuando quiere.
Todo lo que vas a hacer es enseñarle las palabras humanas para ese comportamiento que él ya realiza. Al hacerlo mediante premios, esta actividad se convierte en un juego muy divertido para tu perro, al que le gustará jugar siempre que se lo pidas, aunque, por supuesto, él siempre tendrá capacidad de elección. Si eres un buen entrenador, programarás un patrón de respuestas en su mente, que siempre querrá hacer.
3. Los perros sólo pueden aprender un comportamiento por cada orden
Los perros no entienden que una palabra puede tener diferentes significados. Para mejorar el proceso de entrenamiento, toda la familia debe acordar qué palabras se utilizarán para cada comportamiento y se deberá comprobar que esas órdenes se usan de manera consistente por cada miembro de la familia.
4. Piensa qué quieres que haga tu perro, no lo que no quieres que haga
Esta es la fórmula mágica para modificar los comportamientos no deseados. Todo lo que debes hacer es pensar cómo prevenir que tu perro sea premiado por comportamientos indeseados, así como recompensado generosamente por aquellos comportamiento que sí deseas.