¿Reconoces alguna de las siguientes actitudes en tu perro?:
¿Le da por ingerir objetos extraños como palos, tierra, hierba o piedras?
¿Se muestra inquieto a la hora de la cena?
¿Tiene mal aliento o caspa? ¿Se rasca a menudo?
¿Muestra falta de concentración y dificultades para entenderte?
¿Está sobreexcitado y le cuesta calmarse?
¿Sabías que el comportamiento de tu perro puede ser consecuencia de una dieta inadecuada?
Al igual que los humanos, los perros pueden verse afectados negativamente por la comida que ingieren, aunque los síntomas no se detectan a primera vista. Si observamos que nuestro perro mastica y come palos, grandes cantidades de hierba, tubos de papel higiénico u otros materiales extraños como alfombras o ropa – puede que esté tratando de «compensar» su dieta.
Sin embargo, no es la única consecuencia porque una dieta inadecuada también puede derivar en problemas físicos. Si observas que tu mascota está inquieta o se rasca a menudo alrededor de la base de la cola, las patas y el vientre puede ser una señal para corregir su dieta. El problema es que estos síntomas suelen confundirse con hiperactividad o una sensibilidad especial a determinados detergentes o superficies concretas.
Asimismo, los perros deben tener una digestión regular y no deberían tener que hacer sus necesidades seis o siete veces al día. Las defecaciones también deben ser proporcionales a las ingestas.
Por otra parte, del mismo modo en que la dieta puede afectar a los humanos, emocional y físicamente; las últimas investigaciones apuntan a que esta consecuencia puede trasladarse al mundo canino. No sólo por los crecientes problemas de obesidad detectados en las mascotas; sino porque se está relacionando con algunas dificultades de aprendizaje. Por tanto, es necesario tomar conciencia de la importancia de alimentar a nuestra mascota con una dieta adecuada y productos de calidad.
El desarrollo físico y el comportamiento de tu cachorro dependen de una alimentación con productos nutricionales de calidad. ¡Qué menos para tu perro?
