Los síntomas de estrés en perros y gatos son muy variados, pero si algo tienen en común es que encontramos a nuestro peludo “raro” , es decir, manifestando comportamientos no habituales en él.
Perros y gatos tienen algunos síntomas comunes, como podrían ser rascarse en exceso, lamido compulsivo de su cuerpo e incluso morderse, dando lugar a veces a heridas. Este comportamiento puede dar lugar a estereotipias, que son movimientos repetidos constantemente sin ningún fin en concreto, como moverse en círculos intentando atrapar su propio rabo, perseguir sombras o luces, o caminar por una zona repitiendo exactamente el mismo recorrido una y otra vez… Suelen aparecer cuando no les dejamos llevar a cabo el comportamiento natural de su especie, muy frecuente en zoológicos y animales encerrados o atados.
El estado de ánimo es variable, pueden aparecer desde abatidos y miedosos hasta hiperactivos, mordiendo y destrozando más de lo habitual.
En perros puede aparecer jadeo y babeo excesivo y en gatos agresividad repentina, hacer sus necesidades fuera del arenero, marcar con las uñas más de lo habitual o falta de apetito.
Los motivos de estrés son muy variables, en perros los más frecuentes son falta de socialización o aburrimiento, fuegos artificiales y tormentas, angustia por separación de los dueños, visitas al veterinario o viajes en distintos medios de transporte.
Los gatos en cambio son muy sensibles al cambio de hogar o incluso pequeños cambios dentro del mismo hogar. Especialmente estresante para ellos es la llegada de nuevos miembros a la familia, tanto sean humanos como animales.
Para evitarlo, tenemos que intentar que gocen de una vida sana y equilibrada, con frecuentes paseos, diversión y socialización en el caso de los perros, y un hogar estable y armonioso en el caso de los gatos, con un arenero a su gusto y limpio en un lugar de su agrado y sin modificaciones en la medida de lo posible.
Existen dispositivos liberadores de feromonas, que ayudan tanto a perros como a gatos a relajarse en el hogar, siendo útiles para mitigar la ansiedad por separación en el caso de los perros, y en gatos ayudará en aquellos cambios previsibles con el fin de minimizarlos. En casos graves y siempre prescrito por tu veterinario, podría ser necesario medicar puntualmente, para superar alguna crisis.
Pero, sin duda, la mejor ayuda siempre será grandes dosis de cariño, caricias y compañía.