Con la llegada del otoño, los gatos, al igual que los humanos, tienden a sentirse más tristes. En su caso, no se debe a la clásica depresión postvacacional, sino a un proceso totalmente natural. En Lenda sabemos que la salud mental de tu gato es tan importante como la física, por eso te animamos a conocer las causas de este fenómeno para saber cómo podemos mejorar la calidad de vida de nuestros mejores amigos en cualquier época del año.
¿Por qué sucede esto?
Menos horas de luz, mayor humedad… es normal que en el inicio del otoño tu gato esté menos activo de lo habitual. Los gatos son animales muy sensibles y territoriales lo que los hace especialmente vulnerables a los cambios en su entorno y ambiente. Si, por ejemplo, tu gato está acostumbrado a salir a la terraza durante el verano, se sentirá frustrado si se lo impides durante el otoño. Además, es probable que esta sensación de tristeza estacional se sume a un sentimiento de soledad cuando, tras las vacaciones y con la vuelta a la rutina, pases menos tiempo en casa.
Eso sí, una cosa es que estén menos activos y otra es que tenga comportamientos inusuales como no comer o no hacer sus necesidades en el arenero. Si percibes este tipo de actitudes, lo mejor es que acudas a un veterinario ya que esta aparente tristeza se podría camuflar en realidad alguna enfermedad grave como la anemia o la depresión.
¿Cómo puedes identificar su tristeza?
Como te decíamos, lo primero que debes hacer es, con la ayuda de un veterinario, asegurarte de que tu gato no siente dolor o está enfermo ya que lo que en un principio puede parecer un síntoma relacionado con el cambio de estación puede ocultar en realidad algo más grave. Por eso, a la mínima duda, lo mejor que puedes hacer es acudir al veterinario para descartar un problema de salud.
Una vez quede descartada una dolencia o enfermedad,
Cuando se sienten decaídos, nuestros compañeros felinos suelen mostrarse apáticos, no interactúan con su entorno, y es frecuente que huyan, se escondan o incluso hagan tentativas de escaparse. Igual que nosotros, los gatos tienden a dormir más y tener menos apetito cuando se sienten tristes, y en su caso, una señal de alarma puede ser que comiencen a hacer sus necesidades fuera del arenero y dejen de asearse. Aunque la tristeza sea un sentimiento totalmente normal, si notas que esa sensación se alarga demasiado, puede que nos encontremos ante una depresión, y en tal caso, te recomendamos consultar con un especialista.
¿Cómo ponerle remedio?
Aunque no es recomendable agobiarles, una de las mejores curas para su tristeza es pasar más tiempo con tu gato, jugar con él y mimarle un poco más de lo habitual. Pese a que el otoño suele ser una época de nuevos comienzos, es mejor que prepares con tiempo a los cambios de rutina y evites cambios de temperaturas drásticos en tu hogar. Además, te recomendamos que aproveches al máximo la luz, abriendo las persianas y que busques un espacio cómodo en el que pueda cobijarse mientras vigila su entorno en algún rincón tranquilo de la casa.
Además, junto con estos consejos, la alimentación será tu gran aliada para conseguir subirle el ánimo a tu minino. A través de recetas de alimentación húmeda como la Zarzuela marinera o el Pastel campero de Lenda Foodie podrás ayudar a aumentar su apetito, premiarlo por su comportamiento y actitud y en definitiva ¡alegrarle el día!