Por alguna razón, mucha gente cree que a los perros de cierta edad ya no se les puede entrenar ni enseñar nada. Hay hasta un dicho que habla que de no se puede enseñar trucos nuevos a perros viejos. Bien, ¿te imaginas si alguien dijera que una persona de, por ejemplo, 40 años, no puede aprender nada nuevo? Absurdo, ¿verdad?
Es cierto que para los cachorros y perros más jóvenes todo es nuevo, y en algunos casos puede ser más fácil que adquieran ciertos hábitos, que para un perro que ya tiene un comportamiento adquirido, ya que este tendrá que desaprender lo que ya sabía para aprenderlo de nuevo, pero esta vez de la forma correcta. Sin embargo, los perros mayores son más maduros y tienen más capacidad de atención, lo que juega a su favor. Por eso, muchos adiestradores opinan que en realidad es más fácil enseñar a un adulto que a un cachorro.
Puede ser altamente recomendable acudir a un adiestrador profesional. A menudo, cuando pensamos en un entrenador de perros pensamos en collares de estrangulación, entrenamiento de ataque y cosas por estilo, cuando la realidad es que hay profesionales que son capaces de ayudarte a entrenar a tu perro de una forma mucho más amable, y que te van a dar pautas para que este proceso sea más sencillo para todos.
No obstante, si lo vas a intentar por cuenta, empieza por enseñarle comandos de acciones que ya está ejecutando. Por ejemplo, cada vez que se siente dile «siéntate» y dale un premio, de forma que identifique la orden con el hecho de estar sentado. Poco a poco, podrás enseñarle algunas cosas básicas, como «para», «ven», «siéntate», etc.
Este entrenamiento hay que hacerlo de forma diaria, al menos cinco minutos, y si es dos veces al día, aún mejor. Es más útil cinco minutos diarios todos los días, que un par de días durante una hora. Eso sí, busca un lugar tranquilo, y un momento en el que esté perceptivo, es decir, evita hacerlo cuando está jugando con otros animales o cuando tiene hambre.
Como ocurre en el caso de los cachorros, el refuerzo positivo y los sistemas de entrenamiento con clícker son muy eficaces. Recuerda que gritar al animal cuando no lo hace bien o castigarlo no tiene resultados tan buenos como el refuerzo positivo, que además te ayuda a estrechar lazos con él.
Una vez aprendidos los comandos básicos, si el perro no tiene el hábito de hacer sus necesidades en la calle, es algo que tendrá que aprender. Al principio con horarios fijos y alabando y recompensando cada vez que lo hace bien.
Verás como poco a poco tu perro mayor aprende tan bien o mejor que si fuera un cachorro.