La higiene de tu perro siempre es importante pero ahora, con la llegada del otoño, el frío y la lluvia pueden complicar tus paseos y convertir a tu perro en ¡una bola de barro!
Es por eso que, en el post de hoy, nos centraremos más en detalle en cómo limpiar a tu peludo después de una buena sesión de chapoteo en los charcos.
Por supuesto, cabe destacar que existen peluquerías caninas, muy buenas y a buen precio, especializadas en dejar a tu peludo impecable en cualquier ocasión. Son ideales para no solo después de un paseo por el barro sino también para el correcto mantenimiento del manto y pelo de tu perro, uñas e higiene en general. Sin duda son una opción estupenda al permitir que te olvides del tema sabiendo que dejas el cuidado de tu peludo en manos de profesionales.
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Pero en el caso de que no puedas llevarlo a una peluquería canina, aquí te dejamos algunos consejos para bañarlo en tu casa.
Ahora que estamos en otoño y el frío empieza a apretar, te recomendamos bañar a tu perro dentro de casa y con agua tibia (¡ten cuidado de no quemarle!) para que disfrute del baño, entre en calor y ¡sobre todo no se ponga enfermo!
A parte de bañar a tu perro dentro de casa, si puedes hacerlo un día que haga sol ¡sería estupendo! Un día soleado puede ser un gran aliado para conseguir dejar a tu perro seco y calentito ya que puede tumbarse al sol después del baño y terminar de secarse solo.
Si tu peludo es grande, la ducha o la bañera será el lugar más adecuado pero si tienes un perro pequeño, como un chihuahua por ejemplo, el fregadero de tu cocina puede ser otra opción que puede facilitarte mucho las cosas.
Por norma general, se aconseja bañar a un perro una vez al mes pero si no puedes evitarlo (porque está lleno de barro hasta las orejas), intenta que el baño sea “express”: suficiente para poder quitar toda la suciedad pero rápido para evitar que dejen de tener su propio aroma con el que, entre otras cosas, se comunican con otros perros o el pelo pierda ciertas propiedades debido a la falta de grasitud.
Si tu perro lo pasa mal ¡utiliza premios! Si asocia el baño con algo positivo como la comida acabará perdiendo el miedo (¡ten mucha paciencia!) y disfrutando de ese momento de relax.
Una vez tu perrete esté mojado, toca el momento de enjabonarlo. Es importante utilizar un producto que sea adecuado para su tipo de piel y pelo y limpiar bien todo su cuerpo para evitar que queden restos de suciedad. Asegúrate de limpiar bien su cuerpecito sin olvidarse de las patitas y las almohadillas.
Además, ¡nada de utilizar tu champú para bañar a tu perro! Es esencial que tenga sus propios productos de limpieza dedicados especialmente para animales. Si quieres bañarlo con un champú sólido, ¡te recomendamos nuestro champú de manzanilla y miel! Es super fácil de aplicar, está compuesto por ingredientes naturales, fabricado de forma artesanal y ¡su packaging no lleva plásticos!
Si tu peludo está manchado pero no lo suficiente para necesitar un baño, ¡las toallitas serán tus mayores aliadas! De nuevo, es aconsejable que sean solo para perros.
Una vez que hayas terminado de bañar a un perro, deja que se ‘escurra’ o ‘sacuda’ solo moviendo el cuerpo para todos lados y después, es fundamental evitar que su pelo quede mojado o húmedo. Para evitar que manche todo, una buena idea es envolverlo en una toalla durante unos minutos.
¡Y recuerda! Es importante también vigilar no someterlo a cambios bruscos de temperatura. Si lo has estado secando con el secador, mejor no exponerlos al frío.
Por supuesto, la peor parte de todo esto es el momento de limpiar todo lo que tu peludo ha ensuciado: la ducha, bañera, cocina, baño, toallas…¡pero con paciencia todo quedará reluciente!
Y una vez que tengas claro todas estas recomendaciones, nuestro último y mejor consejo es que ¡disfrutes al máximo de esta estación y de sus buenos momentos con tu mejor amigo peludo!