Es natural que cuando traemos a casa a nuestro gatito se muestre tímido y nervioso, porque desconoce el espacio, lo olores, las personas y es normal que se siente un poco intimidado hasta que se acostumbre. Es posible que agache la cabeza, que avance en plan sigiloso y que se esté lamiendo de forma continua (a veces hasta hacerse calvas). Pero si este nerviosismo persiste pasados unos días, se puede convertir en un problema para los miembros de la familia (no es fácil ver a nuestro gatito nervioso y acobardado) y sobre todo para él mismo.
Para resolver esta situación os va a hacer falta mucho amor, toneladas de paciencia y algún que otro consejo que os podemos dar.
Consejos para tranquilizar a un gatito
- En general, un gatito nervioso se muestra más relajado cuando se encuentra en un hogar tranquilo, pero si vives en casa con niños o simplemente, tenéis tendencia a ser muy ruidosos, vuestro gato tendrá que acostumbrarse. Eso sí, podéis intentar hacer una adaptación paulatina, tratando de controlar un poco los ruidos hasta que vaya cogiendo confianza.
- Intenta buscarle un espacio donde pueda sentirse seguro, y mete en ese lugar todo lo que pueda necesitar: comida, agua, algún juguete y un lugar acogedor para dormir y descansar. Ese lugar puede ser un cuatro de baño que se use menos, el final del pasillo o cualquier lugar que sienta como suyo y que le pueda dar seguridad. Por supuesto, ese espacio seguro tiene que estar accesible siempre, pero especialmente cuando vienen invitados o pensamos que pueda necesitarlo.
- También puedes utilizar pequeñas recompensas como refuerzo positivo cuando el gato se acerque a ti o a un miembro de la familia y se deje acariciar o esté tranquilo.
Ten en cuenta que se irá tranquilizando poco a poco, pero no de una forma uniforme, y es posible que se sienta más tranquilo con algunos miembros de la familia que con otros. Incluso si es un gato muy tímido es posible que, una vez que hayáis conseguido que esté tranquilo con vosotros, todavía necesite un tiempo para adaptarse a los invitados.
Lo dicho, paciencia y amor.