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Los gatos adultos de una misma casa, sobre todo los que se han criado juntos, suelen jugar entre ellos con inofensivas peleas simuladas. Sin embargo, a veces estos juegos se ponen más serios, y si además los gatos no se han criado como hermanos, se pueden dar auténticas peleas, peligrosas para los animales y muy desagradables para el resto de los miembros de la familia.

Evitarlas no es sencillo, pero hay algunas pautas que podemos seguir:

–          En la medida de lo posible, si piensas tener más de un gato en casa, intenta criar a los dos gatitos a la vez. Dos gatos que se crían juntos, como hermanos (aunque no lo sean) no se ven como una amenaza.

–          Si vas a introducir gatos adultos, deja que conozcan sus olores antes de encontrarse físicamente. Intenta que cada uno ande por casa de forma individual para dejar su olor y que sea percibido por el otro. Así, cuando se conozcan, ya se encuentran con un olor familiar. Aun así, es posible que llegado el momento tengan alguna pelea.

–          Para reducir el riesgo de agresión a la hora de comer, lo mejor es poner dos cuencos de comida, a ser posible en sitios diferentes de la casa.

–          Si tienes dos machos, la castración debería ayudar a reducir las peleas. Si aun así las peleas continúan, existen tratamientos con hormonas femeninas.

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