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Muchas veces los dueños de gatos olvidan la higiene de los dientes de los mascotas, y en ocasiones es simplemente algo que no quieren hacer porque a sus gatos no les gusta o les pone nerviosos. Sin embargo, es algo tan importante como el cuidado del pelo o de las uñas, los ojos o los oídos y no deberíamos descuidarlo.

El problema dental más común suele ser la acumulación de placa. Esta se va acumulando causando inflamación en las encías y, llegado el caso, provocando que los dientes se vayan aflojando y se caigan.

Los dientes permanentes de los gatos suelen salir entre los 14 y las 30 semanas. Antes de eso, tienen dientes de leche que se les deben caer como les pasa a los niños, por eso no es raro encontrarse por casa algún dientecito si nuestro gatito tiene alrededor de 3 o 4 meses.

Es en este momento cuando tenemos que empezar a acostumbrarles a hacer limpiezas bucales de forma regular.

Puedes empezar limpiándole los dientes suavemente con una gasa humedecida hasta que se acostumbre, y después de unas semanas pasar a un cepillo (o un dedil) y una pasta especial para mascotas. Si ves que le cuesta mucho adaptarse al cepillo y lo rechaza, inténtalo con el dedil, lo suelen aceptar mejor.

Es importante saber que las pastas de dientes para humanos son muy tóxicas para los gatos, por eso nunca debes utilizarlas. Tienes que usar una especial para mascotas, y utilizar muy poca cantidad en cada lavado. Afortunadamente, las fabrican con sabores muy agradables para ellos.

Si notas que tiene algún bultito o que tiene alguna molestia o dolor, acude al veterinario para que le hagan una revisión dental, porque podría tener una infección.

La frecuencia de cepillado también te la marcará el veterinario, pero suele ser aconsejable un cepillado cada diez días aproximadamente.

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