Cuando educamos a nuestro perro, muchas veces se nos pasa por alto el importante papel que juega la alimentación en este proceso. La comida no sólo puede actuar de refuerzo positivo, sino que también suele estar detrás de algunos problemas de comportamiento.
En Lenda velamos por el bienestar de tu mejor amigo, por eso te desgranamos la relación entre nutrición y educación a través de Alejandro Valverde, educador canino y responsable del proyecto BudaDog.
¿Cuándo se puede comenzar un proceso de educación?
En el adiestramiento clásico se decía que no se podía comenzar con un perro antes del primer año de edad, porque se utilizaban técnicas de castigo. Pero el proceso de educación al que yo me dedico es muy diferente. Este proceso es constante, puedes llamar a un profesional de la educación incluso antes de que la perra dé a luz, en cualquier momento, porque intervenimos dentro de la dinámica familiar, y como no utilizamos técnicas de castigo, se puede emprender cuando uno quiera.
¿Un perro senior puede empezar este proceso?
Sí, claro, siempre se está aprendiendo, lo vemos en las personas y lo vemos en los animales. El motivo por el que yo me metí a educador canino fue por una perrita de 8 años que saqué de un refugio en el que ella llevaba 7 años. Era un perro mayor y había tenido muy poco enriquecimiento ambiental, pero fue utilizar la educación con refuerzo positivo, y en dos meses esta perra sabía muchísimas cosas nuevas. Esta experiencia fue lo que me hizo enamorarme de la educación canina, y me demostró que la edad no es relevante.
¿Cuándo deberíamos recurrir a un profesional?
Si nunca has tenido perro o si tienes un cachorro, es mejor contactar con un educador canino para evitar cometer errores. Además, por supuesto, si notamos cualquier problema de conducta que lleva arrastrándose un tiempo, lo mejor es llamar a un profesional que analice la situación y que nos pueda decir cómo trazar el plan de educación.
¿Qué debemos hacer para que nuestro perro no desarrolle conductas agresivas?
No existe ningún factor concreto y determinante que cause este tipo de conductas, pero generalmente es porque el perro no se adapta correctamente. Yo siempre digo que no existen perros malos, sino perros inadaptados. En el bienestar del perro tiene que haber tres pilares: la resiliencia del perro, el ambiente y el contexto familiar, si estas tres cosas funcionan, no debería haber problemas.
¿Cual suele ser tu primera reacción cuando una familia te presenta el caso de un perro agresivo?
En estos casos siempre reviso la alimentación que tiene ese perro, y siempre recomiendo apostar por una alimentación natural. Cuando uno hace una intervención holística de todos los factores que pueden estar detrás de la agresividad, no podemos señalar una única causa, son varias, y una de ellas, desde luego, puede ser la alimentación. Por una parte porque puede haber una falta de triptófano, que es un precursor de la serotonina, y por otra, porque ese comportamiento puede estar surgiendo por un problema de inapetencia, o de alergias. Tenemos que fijarnos si al perro le está sentando mal el alimento. A mí esto último me ocurrió con mi perro, pensaba que era poco comedor, hasta que pasé a Lenda Sensitive, y se le redujeron los problemas de alergias que tenía. ¡Ahora es un glotón!
¿Qué impacto tiene la alimentación en las conductas de nuestro perro?
Mucho, de hecho, en cualquier escuela de educación canina que se precie harán hincapié en el tema de la alimentación natural. El motivo principal es que hay trastornos de la alimentación que incurren con problemas de comportamiento, sobretodo relacionados con problemas de sesgos cognitivos negativos de tipo depresivo. Esto lo podemos ver en humanos, la obesidad, por ejemplo, aunque esté relacionada con la alimentación, suele tener problemas anímicos detrás. La alimentación es fundamental para una correcta bioquímica del individuo, como decían los antiguos griegos: “tu alimento será tu medicamento”. En base a lo que tú comes, eres, y hay ciertos elementos, como el triptófano, que se adquieren con una dieta correcta, y cuya carencia podría causar problemas de comportamiento por bajos niveles de serotonina, ya que, como sabemos, la serotonina tiene la función de hacernos sentir felices y tranquilos.
¿Sueles recomendar Lenda a las familias con las que trabajas?
Sí, claro. Como siempre tuve clara la importancia de la alimentación, acudí desde un primer momento a Lenda. A mis clientes les recomiendo Lenda y L-Único, y en algunos casos también Lenda Sensitive. Todas estas opciones me parecen de muy alta calidad, uso Lenda con mis propios perros y estoy muy contento.
¿Qué otros aspectos relacionados con la alimentación debemos cuidar?
Hay que controlar siempre las pautas de alimentación en casa, si al perro le dejas todo el día la comida a su disposición, va a valorarla poco, es mejor hacerle consciente de que hay un número determinado de comidas al día. Por otra parte, es conveniente hacer de la comida algo atractivo, podemos tomarlo como un juego para que se vuelva un momento de motivación. Por último, hay que evitar comportamientos insanos, si tenemos por una parte una alimentación correcta, pero después le damos restos de nuestra comida cada dos por tres, el perro puede acabar rechazando su propia comida.
¿Son recomendables los Snacks durante un proceso de educación?
Tenemos una idea muy limitada de lo que es la alimentación del perro, la gente piensa que los premios no son sanos, y esto no es así. Para el perro es beneficioso ver que tiene que “ganarse” su comida, por eso recomiendo jugar con él, por ejemplo, a través de los snacks, favoreciendo las masticaciones. La masticación influye en las mejoras de comportamiento porque es una actividad que relaja, de hecho, hay perros que son destructivos porque necesitan morder, soltar esa energía. Yo recomiendo muchísimo los snacks masticables siempre que sean naturales como los Snacks de Lenda. Yo no los considero complementos, para mi es tan importante la masticación como la comida seca o como la comida húmeda.