¿Por qué algunos perros están tan bien adiestrados, y otros parecen ingobernables? Intervienen muchos factores, algunos circunstanciales, otros relacionados con lo avispado que sea el perro a la edad a la que se le ha empezado a adiestrar, pero casi siempre, el factor fundamental es quién le adiestre y cómo.
¿Quieres saber si serías un buen adiestrador para tu perro? ¿Sabes qué cualidades deberías cultivar para hacerlo bien? ¡Atento a estas siete cualidades básicas necesarias!
1. Coherencia
Esto quiere decir que deberías aplicar las mismas normas y las mismas palabras todo el tiempo, no ir cambiando el sistema sobre la marcha o siguiendo tal o cuál consejo.
2. Concisión
Con concisión nos referimos a que no te acostumbres a repetir los comandos a tu perro, debe obedecer a la primera, ya que la repetición de comandos le enseña a su perro a ignorarlos porque suena como que no te importa si obedece o no.
3. Generosidad
Con tu tiempo, y en tus gestos. Premia a tu perro cuando hace lo correcto. Dale un regalo, elogios verbales, o un masaje de la oreja. Resérvale un tiempo de juegos, ¡no todo va a ser entrenamiento!
4. Inteligencia
En primer lugar, para planificar los entrenamientos y si es la primera vez, aprender de los que saben. Y en el día a día, antes de dar una orden de adiestramiento a tu perro es mejor que te asegures de que tu perro la entiende y que va a responder a ella correctamente, o que puedes ayudarle a hacer las cosas bien.
5. Preparación
Ten listo un plan B. Por ejemplo, si vas a llamarle para que venga y crees que es posible que no lo haga, ten preparada una correa a mano para ir a buscarle y ayudarle a que acuda a tu llamada.
6. Alegría
A todos nos gusta trabajar y entrenar con personas alegres ¿no?, pues los perros no son menos. Ellos son sensibles a nuestro tono de voz y lenguaje corporal, y una voz alegre y una sonrisa les ayuda a saber que eres feliz cuando hacen bien lo que se les pide.
7. Paciencia
Esta es quizá la más importante de las cualidades: tendrás que repetir las cosas muchas veces y armarte de paciencia sin importar que tú te encuentres en una semana complicada, o que tu perro tenga el día cruzado. ¡La recompensa merece la pena!