¿Conoces la llamada flor de Pascua?
Existen numerosas plantas tóxicas para nuestros peludos. Algunas han de ser ingeridas para provocar daños y otras, en cambio, producen graves reacciones con el mínimo contacto. Mientras que algunas pueden ser mortales, otras sólo causan molestias leves y su tóxico puede encontrarse en tallo, hojas, flores y/o frutas.
Es frecuente restarle importancia, pues puede parecer poco probable que nuestro perro o gato se ponga a comer plantas pero ¡mucho ojo! porque diversas circunstancias como aburrimiento, estrés o incluso sed, pueden llevar a hacerlo a un animal que en condiciones normales nunca ha tenido esta costumbre.
Teniendo en cuenta que ya estamos en diciembre y se acercan las fechas navideñas, la planta en la que nos vamos a centrar es la llamada flor de Pascua. Y es que ¿quién no tiene una decorando su hogar en estas fechas? Sus hojas de color rojo brillante son ya un símbolo navideño y es la planta por excelencia en esta época del año.
Lo que muchos no saben es que ¡es tóxica para nuestros peludos! ⚠️
La Poinsettia (Euphorbia pulcherrima) o conocida comúnmente como flor de Nochebuena, flor de Navidad o flor de pascua, es un arbusto cuyas hojas contienen una savia blanca y lechosa que contiene un principio tóxico.

Síntomas de intoxicación de la flor de Pascua
¡Que no cunda el pánico! 🙌🏻
Si bien es cierto que este agente es tóxico para nuestros animales, no es mortal. El principal síntoma es la irritación de las mucosas, lo cual puede ser por contacto (secreción ocular, rinitis, conjuntivitis…) y/o por ingestión, provocando en este caso hipersalivación, vómitos y diarrea, que se suele solucionar sin complicación con tratamiento sintomático.
Aún no siendo grave, si puede ser muy incómodo y molesto para nuestro perro o gato por lo que, en la medida de lo posible, lo recomendable es evitar este mal trago y una intempestiva visita navideña al veterinario.
Sobre todo teniendo en cuenta que en estas fechas muchos pasan solos más tiempo de lo habitual. El ajetreo de las fiestas, visitas, gente, viajes y todo el estrés que esto conlleva pueden fácilmente llevarle a comer la planta, más aún siendo un cachorro.
Por eso es fundamental colocarlas fuera de su alcance, y si la cosa se complica, quizá deberíamos plantearnos prescindir de la planta ahorrándole así un mal rato navideño a nuestro peludo.