¡Halloween ya está aquí!
Los escaparates llenos de disfraces, máscaras y decoración no nos permiten olvidarlo ya que es una fecha que cada año se celebra más y, de un tiempo a esta parte, en la que se implica también a nuestros peludos.
Es habitual ver durante estos días en redes sociales multitud de perros y gatos vestidos con terroríficos disfraces. No debes olvidar que poner un vestido/disfraz/capa/peluca, si bien queda gracioso y puede resultar divertido para nosotros, a ellos no les aporta absolutamente nada. Es cierto que no hace daño vestirlo un momento para hacer una foto para el recuerdo pero no debes forzar (sobre todo cuando se trata de gatos, que no suelen recibirlo nada bien) y, si el animal se muestra nervioso y se resiste, quizás sea mejor dejarlo estar a causarle un estrés totalmente innecesario. Desde luego, si le quieres poner algo, no debe ser nada que limite su movimiento, le apriete o moleste.
Muchas veces aparecen incluso maquillados y/o con el pelo pintado. Aunque puede parecer muy divertido, hay que tener en cuenta que los productos que utilizamos para teñir nuestro pelo es más que probable que provoquen en ellos desde cuadros de reacción de alergia o hipersensibilidad hasta intoxicación pues no debemos olvidar que la piel absorve sustancias y además ellos pueden ingerirlo al lamerlo. Lo mejor sería evitar pintarlos, y en el caso de hacerlo, usar tintes naturales.
Por otro lado, la noche de Halloween es extremadamente estresante para ellos, por varios motivos:
- Fuegos, bombas y petardos: Como comentamos siempre su sentido del oído, más desarrollado que el nuestro, hace que sean mucho más sensibles a los sonidos, por lo que estos estruendos, tipicos de noches como Halloween, Navidad o Fin de año, pueden ser percibidos por ellos poco menos que como una hecatombe. Debes pensar que no son capaces de entender el motivo de semejante ruido ni comprenderán, por mucho que se les exponga a ello, que en realidad no pasa nada. Sería una sensación similar a la que nosotros podríamos sentir al caer una bomba cerca de nuestro hogar. Aunque es un mal trago que, por el momento, no se puede evitar, juega a tu favor el hecho de que, al tratarse de fechas señalad. Con esto, si gasta mucha energía, afrontará la noche con más tranquilidad.
- Gente pasando por casa, haciendo jaleo y timbrando: Cada vez está más instaurada la tradición de pedir chuches por las puertas lo cual puede suponer un problema para aquellos peludos a los que les ponen nerviosos el movimiento en la puerta y el sonido del timbre. Si ya suelen ladrar habitualmente, imagínate si le añadimos la repetición constante, la gente formado algarbía y… ¡disfrazada! Estrés máximo.
Para ambos casos, busca su lugar seguro, aquel en donde suele esconderse o en el que se siente más protegido. Cuando empiecen los ruidos ponle allí su cama o algo cómodo de donde dormir y cierra puertas, ventanas, persianas e incluso cortinas para evitar el ruido y la vista de la gente pasando. Poner la radio o TV para mitigar el ruido puede ayudar. Existen en el mercado liberadores de hormonas sintéticas, en forma de difusores, sprays o collares para apaciguarlos en momentos de estrés, transmitiéndoles un mensaje de calma, que pueden ser muy eficaces, sobre todo en gatos. Y recuerda, cualquier duda, consulta con su veterinario.
Con esto, no hay que olvidarse de la decoración. Un clásico de esta noche son las velas, sobre todo dentro de calabazas. Si sumamos un perro o gato nervioso, o simplemente juguetón, activo o un cachorro, a una casa llena de velas candentes, el resultado puede ser un desastre, ya que fácilmente puede tirarlas y no sólo quemar la casa si no a si mismo. Por eso, es casi mejor optar por no ponerlas o por usar velas artificiales a pilas, que crearán el mismo efecto y evitarán posibles disgustos.
Y por último las chuches. Ya que nuestros peludos son parte de nuestra familia, es muy común querer hacerles particípes de todas nuestras costumbres y tradiciones. Esto está bien siempre que no olvidemos que es una especie diferente y que, lo que para nosotros está bien (o por lo menos no mal), para el puede suponer un problema. Ni que decir tiene que no podemos compartir con ellos ni chuches ni chocolates. Es más, como estos días rondan por toda la casa, e incluso pueden estar servidos a su acceso para recibir visitas, debes extremar las precauciones ya que en un despiste tu peludo puede servirse por si mismo y pegarse un buen atracón que puede acabar con la noche de fiesta convertida en una velada en urgencias.
Si lo que quieres es incluirlos en el clima festivo y ofrecerles un capricho especial, es mejor que lo hagas con algo específico para ellos como nuestras recetas Lenda Foodie con las que no solo disfrutarán de un placer culinario único, sino que ¡se alimentarán como nunca!