Al llegar el verano, es habitual hablar del peligro de golpe de calor en los perros, cómo prevenirlo, detectarlo o cómo actuar si este se presenta pero, antes de entrar en este tema es importante empezar resolviendo la pregunta: ¿Por qué es tan frecuente el golpe de calor en perros?
La respuesta es sencilla; porque los perros carecen de mecanismos eficaces para regular su temperatura corporal, principalmente porque no sudan como nosotros.
Las personas, entre otras cosas, regulamos nuestra temperatura corporal eliminando el exceso de calor por la piel, a través del sudor, lo cual es muy efectivo a la hora de reducir la temperatura. En cambio, los perros, a diferencia de nosotros y otros mamíferos, no tienen glándulas sudoríparas repartidas por la piel lo que hace que sean más propensos a los golpes de calor.
Entonces, si no sudan como las personas, ¿cómo regulan su temperatura?
Pues lo hacen principalmente de dos modos:
Las almohadillas de las patas
Uno de los modos que tienen los perros de regular su temperatura es a través de las almohadillas de las patas, por las que eliminan el exceso de calor por transpiración. Una forma de saber que tu perro tiene calor es porque podrás ver que deja marcadas de sus huellas en el suelo.
El jadeo
Sin duda, el jadeo es su mecanismo termoregulador más importante. Seguro que te has fijado alguna vez en que cuando tu perro tiene calor saca la lengua, babea, jadea y respira más fuerte. Esto es porque ante un exceso de temperatura, la sangre caliente es bombeada a la lengua, que sí es capaz de eliminar el calor en forma de humedad (de ahí el babeo constante).
A pesar de todo, estos mecanismos de regulación no son tan efectivos como el nuestro, por lo que es relativamente frecuente que, ante la imposibilidad de controlar la temperatura, esta se eleve en exceso y se produzca el temido golpe de calor.
Las temperaturas elevadas propias del verano, los lugares cerrados sin ventilación y en especial determinadas circunstancias como perros encerrados en coches, hacen que su temperatura corporal se vaya elevando rápidamente y pronto sus limitados sistemas de termoregulación sean incapaces de eliminar el calor sobrante. Esto provoca que la temperatura corporal siga elevándose descontroladamente y se produzcan daños en los órganos internos y fallan los procesos fisiológicos. Estos daños puede ser temporales o irreversibles y en muchos casos provocan la muerte del animal en cuestión de minutos.
Por tanto, ¡ten mucho cuidado con tu perro los días de elevadas temperaturas y/o humedad ambiental alta! Es muy importante que siempre tenga acceso a agua fresca y sombra.
¡CONSEJO! Es muy cómodo y efectivo el uso de un pulverizador lleno de agua fresca (¡no muy fría!) para que, en días muy calurosos, humedezcas con frecuencia su cara, orejas, mucosas bucales, lengua, patas y almohadillas.
Además, una muy buena forma de ayudar a tu perro en estos meses de calor es con una alimentación húmeda que le aporte la hidratación que necesita como es el caso de Lenda Foodie, guisos con los que podrás alimentar a tu perro todo el verano sin preocuparte ya que son completas al incluir nuestros núcleos Funcionales y Vitamínico-minerales específicos de Lenda, que consiguen aportar todos los nutrientes necesarios.
¡Y MUY IMPORTANTE! No dejes a tu perro en el coche. Es habitual pensar «por media hora no pasará nada», pero en un día de calor pocos minutos pueden ser suficientes para desencadenar un golpe de calor. De hecho, la mayoría ocurren en estas circunstancias y después ya es demasiado tarde. Así que, JAMÁS dejes a tu perro solo en el coche un día de calor.
Ahora que sabes un poco más sobre cómo funciona el sistema termoregulador de tu perro ¡no dejes que nada os impida pasar el mejor verano juntos!