🌷¡La primavera ya está aquí!🌸
Aunque es el momento en el que todo comienza a florecer y los paisajes se vuelven coloridos, también es una época especialmente sensible para aquellos con alergias ambientales, incluidos nuestros peludos.
Si bien son muchos los agentes ambientales que pueden producir alergias en primavera, como el polen, algunas plantas o la picadura de pulgas por ejemplo (más presentes en esta época), sin duda la alergia más frecuente es a los ácaros del polvo.
El cambio en el estilo de vida de nuestros peludos es en parte responsable de la aparición de este tipo de alergia, pues viven gran parte del día en el interior, aumentando el contacto y exposición a los ácaros. Estos son más frecuentes en primavera puesto que sus condiciones óptimas de vida son 20 grados de temperatura con una humedad en torno al 70%, lo que hace de la primavera, con sus lluvias y temperaturas suaves, el momento óptimo para su proliferación. Como bien sabemos, están presentes sobre todo en lugares como almohadas, colchones o alfombras, que por otro lado son los lugares favoritos de nuestro perro.
¿Cuáles son los síntomas de una alergia ambiental?
Por norma general lo complicado no es darse cuenta de que tu perro o gato está sufriendo un problema de alergia, sino localizar qué es lo que la está provocando. Esto es porque los síntomas son comunes a prácticamente todas las alergias y, añadido a esto, el problema es que los peludos alérgicos, suelen serlo a varias cosas.
Los síntomas principales son enrojecimiento y picor sobre todo en cabeza, patas, cara interna del muslo y base de la cola. También es común la inflamación entre los dedos y muchas veces del canal auditivo.
Este picor, a su vez, da lugar a un intenso rascado que provoca heridas susceptibles de ser colonizadas por hongos y bacterias, originando un problema secundario y agravando el cuadro inicial. El picor se incrementa y con él el rascado, lamido compulsivo, sacudida de orejas, granos, piel irritada, otitis recurrentes y piel en general seca y casposa.
Diagnóstico
Como decíamos, no es difícil presuponer que estamos ante un problema alérgico, si bien hay otros factores, como parásitos, bacterias u hongos, que pueden cursar con síntomas similares y debemos descartar con nuestro veterinario. Una vez descartado lo anterior y ante claramente un problema de alergia surge la gran duda «¿A qué es alérgico mi perro/gato?»
Sin duda la alergia más frecuente es la alergia alimentaria. Si bien mediante pruebas específicas a través de una muestra de sangre se puede saber exactamente a qué, otra opción muy válida para probar inicialmente es cambiar a un pienso hipoalergénico, formulados específicamente para tal fin. Estos evitan aquellos ingredientes más frecuentemente causantes de alergia, disminuyendo así las posibilidades de reacción y confirmando, si los síntomas remiten, el origen de la alergia.
Más difícil es diagnosticar la alergia ambiental, porque normalmente confluyen varias en el mismo animal. En este caso la única manera sería la extracción como decíamos, de una muestra de sangre, que enviada a laboratorio, nos permite saber exactamente a qué es alérgico nuestro perro para así tratar de evitarlo. Este procedimiento, además de ser bastante caro, tiene la limitación de que normalmente los perros alérgicos lo son a varias cosas. Mientras que si la alergia es alimentaria, aún siendo a varios ingredientes, nos permite tratar de evitarlos buscando la dieta óptima, si se trata de agentes mediambientales, aún teniendo la confirmación del/los alérgeno/s, poco podemos hacer para evitarlo/s.
Tratamiento
En el caso de la alergia alimentaria, la solución es adaptar la dieta evitando el ingrediente o ingredientes que la provocan. Para ello contamos con Lenda Sensitive o, dentro de nuestra línea de dietas veterinarias naturales con Lenda VET Allergenic Solution donde se juega con la hidrólisis de la proteína para evitar que el sistema inmune la reconozca como extrañas, además de introducir una fuente proteica seleccionada y novedosa como es en este caso el pescado blanco hidrolizado. Los Omega 3 mejoran la tolerancia inmunitaria y actúan como antiinflamatorios, y los probióticos ayudan a a mantener sana la mucosa y por tanto barrera intestinal.
Si es ambiental, y tenemos hechas las pruebas de alergia citadas anteriormente, se puede hacer una terapia de hiposensibilización, formulando unas vacunas específicas para tu perro o gato con las que ir inmunizándolo poco a poco, la cual si bien puede ser eficaz, es larga y costosa.
Si se trata de una alergia a los ácaros del polvo, podemos tratar de reducir la carga: quita alfombras y moquetas, sobre todo en sus zonas de uso, o bien cámbialas por otras más pequeñas y lavables. Asegúrate de que su cama de material sintético y lava sus accesorios, como mantas, a más de 60º cada 15 días. Con esto, es recomendable ventilar diariamente y aspirar, cuanto más mejor.
Un pilar fundamental para el tratamiento de alergias ambientales, será sin duda la alimentación. Si bien no podemos evitar el alérgeno/s, podemos ayudar con ella a minimizar/reparar los daños producidos por él/ellos.
Contamos en este punto con Lenda VET Gastro&Atopic. Los perros atópicos están predispuestos a presentar genéticamente hipersensibilidad a agentes del medio, como decíamos ácaros, gramíneas, hongos, pulgas… Si bien no podemos evitarlos, y por lo general será necesario el tratamiento médico, la dieta ayudará a paliar los síntomas y ayudar a la recuperación. Así, serán extremadamente útiles los ácidos grasos esenciales, especialmente Eicosapentanoico y Linoleico, por su efecto antiinflamatorio. Además de los probióticos que actúan frente a los efectos clínicos e inmunológicos. Fundamental la adicción de MSM, que funciona como analgésico y antiinflamatorio natural, y es ideal para paliar procesos alérgicos como picores o alteraciones de la piel. Además de Omega-3 y el Omega-6 ya que los ácidos grasos son muy beneficiosos para el tratamiento de alergias y mejoran notablemente la salud del manto y de la piel.
Junto con esta alimentación, puedes utilizar complementos alimenticios como nuestros aceites de salmón, atún o sardina especialmente apreciados para el cuidado y mejora del manto y de la piel. Además, el efecto antiinflamatorio de estos ácidos grasos, los hacen recomendables para el tratamiento de problemas articulares y alergias.
Otra opción, para combinar con las mencionadas anteriormente, es la llamada “champuterapia”. Como su propio nombre indica, se trata de baños frecuentes en las épocas de más incidencia. Si las crisis son agudas podría ser una vez a la semana o incluso un día si y uno no, si fuese preciso. Debes utilizar un buen champú, específico para esta problemática. El agua debe ser fresca, pues ayuda a aliviar el picor. Intenta, aunque a veces sea misión imposible, que el champú repose durante por lo menos 10 minutos. Después de aclarar con agua fresca, asegúrate de secar muy bien, utilizando secador si es posible.
Estos baños no sólo alivian el picor al refrescar la piel, si no que también eliminan en alérgeno. Si se ven afectados los oídos, debes limpiarlos frecuentemente con productos específicos para ello, lo mismo que los ojos, que puedes limpiar con toallitas especiales, que al mismo tiempo que limpian, hidratan.
En cualquier caso, si tienes dudas sobre si tu perro o gato puede estar sufriendo una alergia ambiental, te recomendamos que acudas a tu clínica veterinaria de confianza para aclarar dudas y cerrar un diagnóstico.